¿Cómo se complementan la ayahuasca y el yoga?
En un momento en el que el yoga está claramente establecido como una de las prácticas más importantes para la salud física y mental, hay otra práctica milenaria que se está popularizando entre quienes buscan sanación, autoconocimiento y conexión espiritual: el trabajo con ayahuasca.
Permítanme empezar aclarando que la ayahuasca es sólo una parte de una antigua tradición curativa del Amazonas que implica trabajar con miles de otras plantas. Y no es una droga como muchos piensan.
Como los beneficios de trabajar con esta medicina vegetal son cada vez más conocidos y esta práctica está más disponible, era cuestión de tiempo que estas dos tradiciones se unieran.
¿Por qué? Por los hermosos paralelismos en la forma en que nos entrenan para estar más presentes, abiertos y receptivos a la divinidad natural de este universo.
5 maneras en que el yoga complementa el trabajo con ayahuasca y viceversa
1. Practicar la relajación yóguica antes de una ceremonia de ayahuasca ayudará al cuerpo y a la mente a relajarse, así como a soltar el miedo o las expectativas para estar más abierto al recibir la medicina vegetal.
2. Practicar la respiración yóguica te ayudará a mantener la calma y la concentración. En momentos de dificultad dentro de una ceremonia, tu respiración se convierte en tu mejor guía.
3. Las técnicas de meditación yóguica son una gran herramienta para ayudarte a abrirte a las visiones de la ayahuasca. De esta forma, al asentarte con más fundamento durante las ceremonias, puedes dar sentido a tu experiencia a la vez que te comprometes más.
4. Las ceremonias de ayahuasca son intensas para el cuerpo. La práctica de asanas y la relajación en los días posteriores a una ceremonia son una excelente manera de recuperarse de forma saludable y eficaz.
5. Hay un dicho: "la verdadera ceremonia empieza cuando la ceremonia termina", lo que implica que la integración de una ceremonia de ayahuasca puede ser tan importante (si no más) como la ceremonia en sí. La belleza de la ceremonia de Ayahuasca se encuentra en las enseñanzas que se nos revelan. Los aspectos meditativos y autorreflexivos del yoga pueden ayudarte a llevar estas enseñanzas de forma práctica a tu vida diaria.
¿Cómo puede la ayahuasca complementar tu práctica de yoga?
1. La purificación del cuerpo y de la mente son una parte importante del camino yóguico. Dado que esta planta es uno de los purgantes más potentes que existen, la limpieza durante una ceremonia de ayahuasca es profunda. Participar en cualquier ceremonia de ayahuasca te ayudará a limpiar tu cuerpo y despejar tu mente, apoyando el aspecto fundamental de purificación del yoga.
2. En una ceremonia de ayahuasca, podemos experimentar las energías sutiles y cómo funcionan. Tener este conocimiento puede profundizar nuestra práctica de yoga, específicamente en relación con las asanas (posturas) y nuestro pranayama (trabajo de respiración).
3. Trabajo de sombras. En el yoga, nos dedicamos a meditar y reflexionar para encontrar aquellos aspectos de nuestra personalidad que de otro modo no estaríamos dispuestos a ver. A veces este trabajo puede ser confuso y pueden ser necesarios años de práctica de yoga para obtener resultados. Con la ayahuasca, se nos muestra todo, incluida nuestra sombra. De esta manera, las ceremonias de ayahuasca pueden prepararnos para nuestras prácticas de yoga que siguen a la ceremonia.
4. La palabra yoga significa unión. El yoga nos enseña que, en esencia, somos uno. Durante una ceremonia de ayahuasca, esta experiencia de unión se nos revela de primera mano. Como resultado, somos capaces de sentirlo en nuestro día a día.
5. Con la ayahuasca podemos profundizar nuestra conexión con el mundo natural y con nuestros semejantes. Esto se experimenta luego en nuestra vida diaria, creando una sensación de estar en un estado constante de yoga o unión.
Retiros de yoga y ayahuasca
La mejor forma de practicar y profundizar en este trabajo es participando en un retiro. La mejor forma de hacerlo es en la naturaleza, especialmente en la propia selva. También es importante estar bajo la guía de un facilitador inspirador y experimentado: es decir, un profesor de yoga, o un curandero (un chamán).
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